Es la cena de Navidad. Uno de los pocos días en que toda la familia se reúne, la tuya y la de tu marido. Tu suegra es un hígado. Te odia con toda su alma por “haberle robado a su hijito”. Cada vez que te ve, te barre con su mirada penetrante de arriba abajo y no pierde cualquier oportunidad de hacer un comentario sarcástico acerca de cómo has engordado o de cómo tus hijos están tan mal educados. Además no te deja de comparar con las nueras de sus amigas, quienes son las “mujeres perfectas” para sus hijos.
Aunque el 99.9% de las personas a las que conozcas sean amables contigo las críticas siempre van a ser parte de tu vida.
El problema es que cuando alguien te critica, te empiezas a sentir súper mal, y entonces o te pones a la defensiva y empiezas a atacar a las persona como si fueras un león salvaje que acaba de salir de su jaula, o te desmoralizas y te sientes como si fueras una hormiguita a la que acaban de apachurrar y el resto de tu día se arruina.
Entonces, ¿qué puedes hacer para sobrevivir a las críticas?
Empieza por identificar y evita convivir lo más que puedas con a esas personas “negativas” que se la pasan criticando, comparando, o quejándose de ti, de todos y de todo.
Pero como no puedes eliminar ni evitar a todas las personas en tu vida, ¿Qué haces cuando no te queda de otra y tienes que convivir con este tipo de personas? ¿Qué tal si es tu jefe, tu suegra, tu marido, tu hijo adolescente o hasta tu propia madre? ¿Qué haces cuando hasta tus propios seres queridos te critican y te hacen sentir mal?
Lo ideal sería poderlos convencer de que cambiaran su forma de ser. Que se dieran cuenta de lo equivocados que están, que te pidieran una disculpa y te dieran la razón de que ellos están mal y tu estas y siempre has estado en lo correcto.
Esto es una utopía. La realidad es que la mayoría de las veces las personas no cambian. El querer hacer que una persona cambie para que tú te sientas bien es una receta segura para tu sufrimiento. Es como si apostaras todos los ahorros de toda tu vida en una mesa de black jack… ¿Te arriesgarías?
En lo que sí puedes apostar es en que la única persona a quien SI puedes cambiar es a tí misma.
Tú tienes control sobre tus pensamientos y tus emociones, y ¡cuando tú cambias la forma de ver las cosas, las cosas que ves cambian!
Busca dentro de tu corazón un poco de compasión y comprensión por la persona que te está atacando. Yo sé que muchas veces es muy difícil de hacer esto, pero aquí está uno de los secretos para sobrevivir a las críticas.
Piénsalo bien. Si por ejemplo tu suegra te critica y tú reaccionas y también la criticas por estarte criticando, entonces, ¡tú te conviertes exactamente en una persona igualita a tu suegra!
Si por el contrario haces un esfuerzo y tratas de ponerte en el lugar de tu suegra y la ves como a una persona que quiere atención porque tiene miedo de quedarse sola o de que tu marido la deje de querer, tal vez tengas mas compasión por ella y lo que diga o haga ya no te afecte tanto.
El secreto para sobrevivir a las críticas de los demás no está en que ellos cambien, si no en que tú cambies tu interpretación sobre sus críticas y te vuelvas más comprensiva contigo misma (porque es normal que en un principio el estómago se te revuelva de coraje) y con ellos.
Así que siempre que estés en una situación en la que alguien te critique pregúntate: ¿Qué haría el Maestro Jesús/Gandhi/Buda, etc. en esta situación?
En otras palabras, ¿Qué haría el amor? ¿Cómo le responderían a esta persona?
Haz lo mismo la próxima vez que estes en una situación en la que alguien te critíque.
Como dice Gandhi, conviértete en el cambio que quieres ver. No respondas con criticas si no con amor…¡Pero poniéndo limites!
Ojo: En ningún momento te dejes maltratar. Si el comportamiento de cualquier persona es agresivo contigo, ¡alza tu voz con esa persona o busca ayuda, si fuera necesario!
Sorry, comments are closed for this post.