Emily tiene un matrimonio sólido desde hace 20 años. Está casada con Steve, su novio de la secundaria, y ambos tienen una hija, Francine, quien está a punto de irse a la universidad al otro extremo del país.
Aunque Emily ama a su marido, está aterrorizada porque Francine pronto se irá.
Emily tiene miedo a quedarse sola con Steve, y mientras Francine siga en casa, ella tiene una buena excusa para mantenerse ocupada y evitar pasar largos períodos de tiempo a solas con su marido.
Pero ahora que Francine se va a ir, Emily piensa:
“¿Qué voy a hacer? ¡Voy a tener que aguantarlo yo sola! “
“Steve va a querer que tengamos relaciones sexuales con frecuencia. ¡No sé si pueda aguantar eso! Ya no estoy de humor para esas cosas, es doloroso, y además ya no me veo tan bien como antes con estos kilitos de más”
“Ya no tenemos casi nada en común, nos gustan cosas totalmente distintas.”
Por desgracia, esto es común no solo en parejas maduras, sino también en matrimonios de cualquier edad.
Con el tiempo, las personas dejan de atender las necesidades de sus parejas.
Al principio de tu relación, seguramente te enamoraste de tu marido porque él te dió su mejor cara y su mejor comportamiento.
Te traía flores, te abría las puertas, con orgullo te presumía con todos, te escuchaba, te decía constantemente que estabas muy bonita y lo mucho que te amaba, se acurrucaba contigo, te ayudaba con tus tareas y proyectos, y muchas cosas más.
Ambos se divertían mucho y se admiraban mutuamente.
Pero con los años todos estos buenos tratos y detalles comenzaron a disminuir o incluso a desaparecer.
Además, tu marido ha cambiado. Muchas veces, en secreto piensas que hay cosas de él que no te gustan: tal vez es su estado de ánimo, su forma de pensar, tiene malos hábitos que te desesperan, o tal vez incluso ya no te gusta cómo se ve físicamente.
Sin embargo, aún a pesar de todo no puedes imaginarte la vida sin tu marido. Lo amas y quieres estar con él, pero al mismo tiempo, no quieres estar a solas con él por tanto tiempo.
¿Hay algo que puedes hacer o estás condenada a empezar una tormentosa nueva etapa de tu vida con tu marido ahora que tu nido estará vacío?
¡Por supuesto que hay algo que puedes hacer!
Así como tú te enamoraste por todos los detalles que tu marido tuvo contigo al comienzo de su relación, él también se enamoró de ti por las mismas razones.
Es probable que siempre te pusiste guapa para él, eras su amiga, e incluso lo apoyaste en su amor por el deporte. ¡Quizás hasta te hayas convertido en una fan de los Cowboys o del Real Madrid!
Cada vez que tuviste la oportunidad, no tardabas en mostrarle tus habilidades en la cocina y además eras apasionada con él a la hora de la intimidad y la pasaban súper.
Vuelve a enamorarlo
Si quieres disfrutar de la compañía de tu marido ahora que vas a vivir a solas con él nuevamente, debes empezar a hacer más de las cosas que a él le gustan para que se inspire y así mismo, le den hagas de hacer cosas que te gustan a ti.
Tal vez al leer esto pienses que no tienes las ganas de hacerlo.
Es más, hasta puede ser que esto requiera que hagas un gran esfuerzo.
A lo mejor es así, pero es importante que entiendas por qué esto te puede convenir.
Piensa que tu relación es como un jardín
Dependiendo de las semillas que plantes y el cuidado que le des, se convertirá sea un hermoso jardín de flores o un terreno lleno malas hierbas.
Sí, puede ser difícil al principio, pero si estás dispuesta a asumir el riesgo e invertirle tiempo, dedicación y cuidado constante a tu relación, seguramente verás resultados.
Tus buenas acciones, agradables a tu marido, son como esas semillas de flores, y si atiendes sus necesidades, van a florecer y dar fruto.
¿Por qué él querría estar dispuesto a cambiar a estas alturas de su vida?
¡Simplemente porque es su naturaleza el complacerte!
Los hombres quieren servir a sus mujeres porque les hace sentir dignos y orgullosos. Les hace sentir que tienen más valor, se sienten “muy gallos” y su autoestima sube.
Cuando él empieza a hacer cosas que te complacen, una vez más sentirá un renovado interés y amor por ti.
¡Pero no esperes que sea perfecto!
Algunos de sus esfuerzos para complacerte pueden no ser los correctos. Si esto sucede, agradécele y luego, aunque te cueste trabajo, dile exactamente qué es lo que necesitas o quieres.
Por ejemplo:
“Necesito un poco de privacidad para seguir haciendo las cosas que me gustan ahora que nuestra hija no estará en casa.”
“Por ahora no quiero tener relaciones sexuales con más frecuencia. Necesito un poco de tiempo para sentirme inspirada y adaptarme a las necesidades de mi cuerpo”.
“Quiero que busquemos nuevas actividades que ambos podamos disfrutar hacer juntos.”
Al comenzar a renovar tu relación con tu marido, te sentirás más atraída hacia él, aún con sus imperfecciones (y él con las tuyas).
También tendrás más oportunidades de hablar libremente sobre cómo te gustaría que fuera esta nueva etapa de tu matrimonio, y poco a poco, convertirás tu nido vacío en otra luna de miel.
Tú puedes transformar tu miedo de estar a solas con tu marido en un renovado entusiasmo por pasar más tiempo con una de tus personas favoritas en este planeta.
¡Platícame! ¿Te gusta estar a solas con tu marido o te cuesta trabajo?
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