Gaby y Henry han vivido en el mismo apartamento por 5 años. Se encuentra en una excelente ubicación cerca del trabajo de Gaby, pero con los aumentos de renta durante los años Henry siente que están tirando su dinero. Su contrato de alquiler se vence en un par de meses, y Henry quiere comprar una casa o un condominio. Quiere asegurarse de tener un pago fijo mensual y una inversión propia.
Gaby no quiere salirse de la zona donde vive porque si compran algo, de acuerdo a su presupuesto, tendrían que cambiarse lejos de la zona que ella tanto ama. Además, el tiempo de viaje diario a su trabajo se duplicará o triplicará y tendrán que mudarse a un barrio menos “nice” y lejos de sus queridas amigas. A Gaby tampoco le gusta la idea de estar atada a un contrato hipotecario por más de 30 años. A pesar de entender el valor de invertir en una propiedad, no quiere sentir la presión de tener un gran compromiso financiero por un tanto tiempo.
Aunque Gaby y Henry han discutido la situación ya varias veces, no pueden llegar a un acuerdo. Cada vez que se habla del tema ambos terminan tensos y con un sabor de boca amargo. Henry insiste en que sólo quiere hacer lo que es mejor para los dos y se pone a la defensiva cuando Gaby no está de acuerdo con él.
Gaby siente que Henry no la está escuchando, y con el fin de evitar nuevos conflictos Gaby está a punto de “ceder” a la decisión de Enrique de comprar una propiedad, incluso aún cuando ella no está de acuerdo.
Cuando surge un conflicto, la mayoría de las parejas no saben cómo resolverlo de una manera que se sienta bien para ambos. Por lo general, las parejas hacen una de las siguientes cosas:
• Uno de ellos termina por sacrificar sus propios intereses para que el otro haga lo que quiere.
• Uno de ellos termina por convertirse en “El Jefe” y dando al otro un ultimátum de cómo se van a hacer las cosas, por supuesto, “pensando en el mejor interés de ambos”.
• Ambos comienzan una “lucha de poder”, y se pelean y discuten para ver quién gana la batalla. Su “victoria” sobre la otra persona es en realidad una gran pérdida. La relación va a acabar pagando un precio por esto, ya que como consecuencia cuando hay lucha de poder disminuye la conexión y la intimidad entre las parejas.
• Alguien o ambos toman sus propias decisiones sin tomar en cuenta las necesidades y preferencias de su pareja porque creen que su pareja no los va a escuchar o no estarán de acuerdo con ellos.
Lamentablemente, todas las acciones anteriores conducen a la tolerancia, y el resentimiento, los ingredientes principales que extinguen la chispa romántica en cualquier relación.
Cuando las parejas “ceden” o “renuncian” a fin de evitar conflictos, una variedad de pensamientos y emociones negativas empiezan a surgir y poco a poco acaban con el entusiasmo sobre la relación.
Entonces, ¿qué pueden hacer las parejas para resolver cualquier conflicto de una manera que se sienta bien para ambos?
¿Qué puedes hacer si tienes un desacuerdo con tu pareja, y sientes que no te escucha?
Para empezar, tienes que dejar que tu novio/marido/amante/querido sepa que quieres que ambos se sientan felices con cualquier solución que decidan.
Recuérdale que ahora ambos son parte del mismo equipo que juega a ganar el mismo juego, y que si bien son personas independientes, también pertenecen a una sociedad (su relación) y que siempre deben de cuidar y tomar en cuenta los intereses y sentimientos de ambos.
Si sólo uno de ustedes gana y el otro pierde, entonces ambos (porque son un equipo, una sociedad) pierden.
Cada vez que a cada uno de ustedes se les ocurre una solución a un problema deben preguntarle al otro: “¿Cómo te sientes acerca de mi solución?”
La “solución” real sólo se encontrará cuando AMBOS se sientan bien al respecto.
Si estás pensando que lograr esto es muy difícil, te equivocas, claro que sí es posible llegar a tales soluciones, es más, las parejas más sanas saben de la importancia de velar por el bienestar de ambos. Sin embargo, se necesita que haya comunicación efectiva y que ambos tengan voluntad, creatividad, paciencia e inteligencia emocional para poder hacerlo.
Si tú crees que tienes una buena comunicación con tu pareja, pero no son capaces de llegar a soluciones que hagan sentirse bien a ambos, entonces tienen un oportunidad de crecimiento juntos, y sería una buena idea que aprendan cómo tener conversaciones seguras, especialmente cuando se trata de temas delicados.
Después de tener una conversación segura con tu pareja (una en las que ambos se sientan escuchados y validados), deberán trabajar juntos para llegar a la solución final.
Para lograrla, ambos deben de hacer una lista con varias ideas posibles para solucionar el problema, y luego analizar cada solución cuidadosamente y negociar hasta que encuentren la que haga sentir bien a los dos.
El negociar con tu pareja para llegar a una solución puede ser como irse de viaje hacia un territorio inexplorado. El camino puede estar lleno de baches y obstáculos en un principio, pero si a pesar de las dificultades ambos encuentran una solución a sus dilemas, no sólo llegarán a su destino deseado y solucionarán sus dilemas, sino que también fortalecerán su relación y se sentirán mucho más conectados y más enamorados.
¿Cómo es tu relación con tu pareja, sientes que te escucha o no, llegan a soluciones que beneficien a los dos? Responde a este mensaje y platícame si necesitas ayuda en este aspecto de tu relación.
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