¿Te la pasas todo el tiempo haciendo algo por los demás poniéndote en el último lugar de tu lista?
Karen es la versión moderna de la mujer maravilla. Desde cuando abre los ojos hasta que los cierra, siempre está corriendo asegurándose de que todo esté en orden.
Desde la mañana se la pasa de prisa, hace el desayuno para su familia, lleva a sus hijos a la escuela, hace mandados y múltiples proyectos en el trabajo, recoge a los niños de la escuela, los lleva a sus clases después de la escuela, y finalmente regresa a casa – ya totalmente agotada- para hacer la cena, seguir haciendo cosas en su casa, y luego por fin caer rendida en su cama solo para hacerlo todo nuevamente al día siguiente.
Karen, como la mujer maravilla, es una súper mamá, súper esposa, súper hija, súper trabajadora, súper amiga, y súper todo. Lo único que Karen no es: súper feliz.
El problema es que Karen trata a todos y a todo lo demás como una prioridad, pero deja a sus propias necesidades y deseos pendientes.
La mayor parte del tiempo, se siente agotada, pero ella no puede dejar de hacer cosas para los demás porque se siente culpable si lo hace, como que les está fallando a su familia, amigos, trabajo, e incluso al perro (y al gato).
¿Qué puedes hacer si estás atrapada en un ciclo en el que te has convertido en tu última prioridad?
Empieza por pregúntate: ¿Por qué?
Trata de identificar la razón por la que te pones hasta el último de tu lista.
¿Es porque temes perder el amor y el aprecio de tus seres queridos? ¿Porque no les quieres fallar? ¿Porque nadie más puede hacer mejor lo que tú haces? ¿Por qué no quieres que otros piensen mal de ti?, ¿porque si no haces algo te da ansiedad y te sientes mal? o ¿porque crees que solo así tienes valor?
Si tienes alguno de estos pensamientos, te invito a que los cuestiones. ¿Son verdaderamente ciertos?
Por ejemplo, pregúntate:
¿Es cierto (estoy completamente segura) que si hago algo bueno por mí mis seres queridos dejarán de amarme?
o
¿Es cierto que si hago algo bueno por mí voy a ser una mala madre/ esposa/ amiga/ empleada, etc.?
Lo más probable es que descubras que lo que estás pensando que te impide cuidarte de tí misma no es absolutamente cierto.
Por ejemplo, no eres una mala madre si te tomas un cafecito y platicas muy agusto con una buena amiga antes de volver a casa con tus hijos a atender sus necesidades (llegando con ellos hasta de mucho mejor humor).
Entiende tu necesidad natural de atender a los demás
Ten en cuenta que es natural que tengas la tendencia a atender primero las necesidades de los demás.
Esto es normal porque eres mujer y biológicamente, nosotras tendemos a cuidar de las necesidades de los demás.
Es por eso que podemos ser mamás, el proporcionar cuidado a otros es parte de nuestra naturaleza.
Sin embargo, si te la pasas cuidando a los demás pero olvidas cuidarte a ti misma es muy peligroso para tu bienestar y hasta para el bienestar de tus seres queridos.
Si tú no estás bien, estás perdiendo la oportunidad de disfrutar tu vida y ser feliz, que es el mejor servicio y regalo que les puedes ofrecer a los demás.
Piensa en cómo tu familia, amigos, clientes, compañeros de trabajo, e incluso hasta tus mascotas se beneficiarían si fueras una persona más feliz y con más energía .
¿A poco no sería más divertido estar contigo? y ¿a poco no serías más productiva y hasta creativa?
Esta es la razón por la que tu felicidad, tus necesidades y tus deseos son importantes y les debes de dar prioridad.
Si satisfaces tus necesidades, entonces, tu estado de ánimo en general cambiará y la manera en la que atiendes a los demás también cambiará.
Podrás seguir atendiendo tus asuntos, pero lo más probable es que tengas mucho más energía y un muy bien ánimo, así que lo disfrutarás mucho más (y ellos también).
Simplemente piensa: cuando quieres hacer una cena especial, si la haces de volada y sin energía, ¿te saldría mejor que haciéndola cuando te sientes bien y tienes el tiempo y las ganas de hacerla con calma?
Obviamente no. ¡Cuando haces algo sintiéndote súper bien lo que haces también te sale súper bien!
Entonces, ¿Cómo le haces para atenderte a ti misma como una prioridad?
Haz una lista de tus necesidades y deseos, y asegúrate de que todos los días tomes un poco de tiempo para que intencionalmente le des atención a al menos uno de ellos.
Empieza hoy mismo. Escribe por lo menos tres cosas que te traen alegría o que te gustarían o necesitas hacer por tu bienestar. Elige una y ¡hazla!
Puedes comenzar con cosas simples como tomar un pequeño descanso en al medio día, ir a dar un corto paseo por las tardes, sentarte a comer tu almuerzo en paz, leer unas cuantas páginas de un libro, tomar una siestesita, etc.
Haz tus necesidades y deseos una prioridad en tu lista y verás que al hacerlo, todavía serás capaz de atender a todo lo demás, pero de una manera muy diferente.
¡La mujer maravilla es súper feliz y tú también puedes serlo!
Besos.
P.D. ¿Estas siempre súper ocupada y sientes como que algo está faltando en tu vida? Si es así tal vez te puedas beneficiar de un Rediseño de Vida.
Sorry, comments are closed for this post.