“Si un hombre no sabe a qué puerto navega, ningún viento es favorable” – Séneca
Imagínate que eres un hermoso barco de madera con grandes velas de color blanco que se extienden a lo alto del cielo. Es un maravilloso día soleado y estás anclado en medio del océano. Desde el punto en el que te encuentras lo único que puedes observar, en cualquier dirección a la que voltees, es solamente el horizonte infinito. No tienes un destino al cual dirigirte, así que en vez de emprender tu marcha hacia un puerto o un rumbo determinado, permaneces ahí a la deriva, sin moverte hacia ningún lugar.
Sin metas, y planes para alcanzarlos, tú eres como éste velero que no tiene un destino determinado al cual dirigirse.
Por eso es importante el tener intenciones y metas a seguir.
El primer paso indispensable para conseguir las cosas que quieres, en cualquier ámbito de tu vida, es éste: decidir lo que quieres, o sea, establecer una meta.
Las metas son importantes porque son el primer paso para convertir un sueño en una realidad.
Una meta es simplemente un destino al que quieres llegar. Un resultado que quieres obtener. Es una intención, y el regalo más importante que te ofrece es en quién te conviertes, y lo que aprendes, mientras haces el esfuerzo para alcanzar esa meta.
Las metas te ayudan a desarrollar tu enfoque y tu disciplina.
Por ejemplo, si tu meta es bajar de peso y ponerte en forma desapareciendo las lonjitas y endureciendo tu abdomen y tus pompis, para verte súper en la playa en estas vacaciones de verano, entonces tendrás que hacer un plan que te ayude a lograr tus objetivos.
Para asegurarte que puedas lograr tu meta de manera efectiva, asegúrate de que cumpla con las siguientes características:
- Que sea Especifica: Bajar de peso, perder la lonja y ponerme dura.
- Que sea Medible: Bajar 5 kilos y una talla en la cintura.
- Que sea Alcanzable: Haciendo dieta y ejercicio constante.
- Que sea Realista: Ir al gimnasio 3 veces a la semana.
- Que tenga un tiempo límite: 3 meses de dieta y ejercicio.
La mayoría de las personas empezamos con una intención muy fuerte de cumplir con nuestras metas, pero al cabo de un tiempo dejamos de poner empeño y de hacer las cosas que nos ayudarán a cumplirlas.
Esto pasa porque nuestra motivación y nuestra fuerza de voluntad tienden debilitarse porque nuestros hábitos actuales no están alineados con la intención de nuestra meta.
Siguiendo con nuestro ejemplo anterior, tienes la intención de bajar de peso, perder las lonjitas, ponerte dura y buenísima para cuando vayas a la playa.
Piensas: “Ahora sí, a dieta total y voy a ir al gimnasio todas las mañanas antes de ir al trabajo”
El problema es que el ir al gimnasio tan temprano en la mañana puede ser un cambio muy radical en tu rutina diaria y lo más probable es que después de unos días, o una semanas, prefieras continuar con tu rutina anterior y quedarte acurrucada en tu camita calientita y dormir un poco más que tener que levantarte cuando todavía esta obscuro y hace mucho frio…¡Que flojera!
Entonces, ¿Qué puedes hacer para mantenerte enfocada en tu meta?
- Ponte recordatorios de PORQUE quieres lograr esta meta visiblemente en varios lugares.
El recordarte cuál es tu intención y cómo te vas a sentir una vez que logres tu objetivo te ayudará a mantenerte enfocada.
Continuando con nuestro ejemplo, pon fotos de modelos que estén “buenísimas” y que tengan el cuerpazo que tu quieres lograr. Ten recordatorios en tu oficina, en tu coche, en tu refrigerador, y en todas partes para que te recuerden cuál es tu meta.
- Empieza por hacer pequeños cambios.
No hagas cambios irracionales y radicales que no puedas sostener y sé constante hasta que establezcas nuevas rutinas.
En el ejemplo anterior, tal vez sea mejor empezar a ir al gimnasio 3 días a la semana, en vez de ir todos los días. Una vez que ya te hayas hecho del hábito de ir tres días al gimnasio, entonces añade un día más.
- Busca apoyo.
Si tienes el apoyo de una persona a la que le “tengas que dar cuenta” de tu progreso, te va a motivar a cumplir con tu palabra más que si no le dices a nadie.
De igual manera, el apoyo de otra persona que tal vez comparta las misma metas que tu, te puede ayudar a no sentir que estas sola haciendo todo el esfuerzo.
El saber que alguien mas “también está sufriendo” y haciendo el mismo esfuerzo junto contigo puede ser un aliciente para que sigas adelante y no abandones tu meta.
O busca la ayuda de algún mentor o un amigo que ya haya logrado realizar la meta que tu quieres alcanzar para que te ayude.
Continuando con el ejemplo anterior, tal vez convenzas a una amiga del trabajo que vaya contigo a hacer ejercicio en las mañanas o contrates a un coach en el gimnasio que te ayude a ponerte en forma y te mantenga motivada para hacerlo.
Usa estos tips una y otra vez para lograr tus metas en todo lo que te propongas en tu vida y verás como las alcanzas con éxito.
Buena suerte y si necesitas ayuda con tus metas, no dudes en comunicarte conmigo, ¡me encantaría ayudarte!
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